lunes, 15 de febrero de 2010

Medallas

Luis corrió desesperadamente hasta su libreta de apuntes y escribió una tras otra las palabras de su poesía consagratoria.
Extrañamente, podía ver el todo pero no así las partes de cada estrofa, cada verso, cada letra.
El cuadro se le pintó en su mente, solo tenía que escribirlo.
Así lo hizo y ganó merecidamente su medalla.
En el acto de premiación, le fue imposible contener la risa recordando sus irreflenables ganas de cagar en el éxtasis de su inspiración.

Bruja

La bruja, cansada de robarle almas al diablo, cayó enferma. En ese estado (desconocido en ella) blasfemó e insultó a todos los santos que haya podido recordar.
Al poco tiempo, una semana o dos tal vez, falleció.
De a una, las almas fueron devueltas a su dueño, quien se juró nunca mas permitir que la muerte le robara sus pertenencias.