Las guerras internas en el barrio de Mataderos se habían circunscripto a dos bandos: el de la calle Cañada de Gomez y sus vecinos de avenida Cárdenas.
Las demás habían ido cediendo a medida que el paso del tiempo fue devorando el romanticismo de demostrar quien era mas guapo.
La última de estas batallas, sucedió dos dias antes de navidad. Ambos bandos se encontraron en la esquina de la diagonal y Cañada de Gomez y desde sus trincheras improvisadas detrás de los camiones frigorífico, empezaron a cargar sus globorrulero con bolillitas de paraíso.
La batalla terrminó y nunca hubo vencedores no vencidos, como en todas.
El fin de las guerras fue oficialmente decretado el día que Alberto, el mas chico de todos, cumplió sus dieciocho años.
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