Leo se siente observado por esa mujer; y él nota que su mirada lo transpasa y se siente desnudo.
Ella puede ver todos los signos de pregunta que asoman a borbotones del alma de Leo, y Leo lo sabe.
Por eso evita su mirada y ahora también evita hablar de ella y mas tarde hasta dejará de pensarla.
Yo, que puedo ver a ambos, noto una cierta reciprocidad.
Por algo los dos se miran por sobre los anteojos con actitud inquisidora y sabemos que nadie sale ileso de una guerra de miradas.
Parece que se odiaran, pero lo que nadie sabes es que esa mujer es la madre y Leo es su hijo.
2 comentarios:
MAGNÍFICO!!!!! De verdad que me quedé leyéndote con gusto.Mucho gusto
gracias Caro!!
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