La ley del talión se habia aplicado al extremo. Todo aquel que estuviera sin mutilaciones era sospechado de mentiroso o por lo menos, de extranjero.
Los castigos iban desde arrancar un ojo por mirar a la mujer del projimo, hasta el corte del dedo índice por tener esa horrible costumbre de señalar.
Pero tambien se castigaba la mediocridad y la ineptitud.
Y nadie moría.
Eso era lo realmente insoportable
1 comentario:
era por eso que me sacaron un ojo! y yo que pensé que era por la catarata!
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